Kvothe: PROBLEMAS

Nada más que el carro parara, yo guardé los libros en el saco que me había entregado mi maestro y me bajé del carro con la intención de ver como era la aldea y de averiguar si había algo de interés en ella. Cuando vi que la madre y el pequeño se marchaban y que el señor del carro no estaba atento a mi, aproveché ese momento exacto para disfrazarme en un señor mayor, chepado y con un bastón, para no levantar sospechas con el saco a mis espaldas, me lo coloqué a modo de chepa. Cuando estaba ya preparado y vien vestido, puse rumbo hacia la aldea para ver si había algo interesante para ojear y que se pasara el tiempo mas rapido, ya que tenia unas ganas enormes de seguir con el camino.

Yo, al ver que lo único que había interesante en aquella aldea era un mini-biblioteca, me encaminé hacia ella con la intención de averiguar si había algún libro interesante. No pensaba que lo fuera a haber, pero de todas formas tenía curiosidad por ver cuantos libros tenía.
Mientras iba hacia la biblioteca, solo pensaba en las palabras que Azur me había dicho, y yo, más que nunca, tenía unas ganas tremendas de llegar a ser fuerte e irme con él en busca de mi hermano.
Cuando llegué a la biblioteca, me puse a inspeccionar todas las estanterías y todas las mesas para ver si encontraba algun libro que me hiciera falta.

Vi que no había nada interesante en aquella librería. Cuando vi llegar a aquel hombre, me asusté y me quede paralizado. Cuando volvi a la realidad, me percaté de que Norman, aún estaba allí y decidí ir a sentarme con él en su mesa para hablar un rato. Fui y me senté a su lado y vi el dibujo tan raro que estaba haciendo y los materiales aún más raros con los que lo hacía. Entonces le dije:
- Hola Norman, que estas haciendo?
Y tras eso miré el dibujo todavía más extrañado.

- Y que es eso de la alquimia?? Yo es que estoy muy perdido en estos temas jaja
Al ver entrar a aquellos salté de la silla para ver quienes eran. Sus pintas no me aclararon mucho y entonces decidí coger a Norman en mis brazos y alejarlo de esos hombres para llevarlo con su madre y que no le pasara nada. Cuando vi a su madre, salí corriendo hacia su posición para dejarlo con ella a salvo. Yo lo dejé y me quedé junto a ellos para que no les pasara nada. Yo aunque no tenía armas, me coloqué delante de ellos, ya que confiaba en el poder que tenía aquella esmeralda que me había entregado Azur. Tras eso aguardé para ver que querían esos tipos y lo que sucedía.

Yo un poco aterrorizado, me levante y les dije:
- Que es lo que planeáis? Y para que nos queréis a nosotros? - les dije, pensando que al ser un anciano tendrian clemencia.
Mientras esperaba la respuesta de aquellos brutos decidí coger la esmeralda con una mano que tenía dentro de la túnica por si tenía que utilizarla.
Tras eso vi que la gente del pueblo y la guardia y el ejército se apelotonaban en la puerta de la escuela para ver lo que sucedía y mientras esos tipos seguían tan tranquilos como si no hubiera nadie en la puerta.
Yo pensaba que ellos al ser dos no tendrían nada que hacer contra toda esa gente, pero algo en mi interior me decía que estaban planeando algo.
Tras ver a toda la gente, miré hacia todos los lados para ver si encontraba al hombre que había entrado detrás mía y ver si él haría algo.

Yo les hice caso y volví a mi sitio, delante de Norman y su madre. Yo esperaba que no nos hicieran nada y que se fueran lo más pronto posible.
Ver al hombre que había entrado detrás mía allí sentado sin hacer nada me extrañaba mucho, ya que de los allí presentes, yo pensaba que él podía ser el único que les plantara cara a aquellos matones.
Desde mi sitio esperé a que los matones dijeran cuales eran sus objetivos y lo que querían hacer en aquella aldea tan pequeña, en la que no había nada interesante.

Yo esperé para ver si había algun hombre que al acercarse a él la piedra de aquellos hombre brillaba más, pero vi que había un momento en el que no podía brillar más ya que todos estabamos arrinconados en una esquina y si alguno de nosotros tenía la piedra ellos no podrían darse cuenta de quién era el poseedor.
Noté que llevaban mucha prisa por encontrarla así que pensé en que deberíamos quedarnos todos juntos y ellos no tendrían tiempo de llevarnos uno a uno para investigarnos.
Yo esperé de nuevo para ver si la guardia intervenía y si los grandullones les escuchaban.

Cada vez íbamos quedando menos en la biblioteca... Ya solo quedábamos 7 personas arrinconadas en la esquina y esperando a que nos dejaran escapar a todos sanos y salvos... De las personas que se podían destacar quedábamos: Norman y su madre, aquel grandullón que había entrado después mía y yo.
Yo empezaba a temerme lo peor, y lo peor era que la esmeralda tan pequeña que me había dado Azur, fuera la piedra que buscaban aquellos tipos.
Y peor aún era que a partir del trozo que me había dado Azur, pudieran encontrarlos a él y a su maestro como ocurrió la última vez...
Otro peligro era que se la encontraran a Norman y le hicieran algo al pobre chico o a su madre.
En cambio, mientras todos estábamos asustados en la sala, el tipo se mantenía todavía seguro y confiante en que él no tendría la piedra. Yo seguía esperando que aquel hombre actuara y lo hiciera rápido, por que si no...